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El suelo en la agricultura ecológica


Los colmenares en Segovia

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Rehabilitación de un colmenar en Valdevacas de Montejo, Segovia

La reciente rehabilitación de una vieja construcción apícola destapa la existencia de una amplia colección de estos edificios en la provincia de Segovia, hoy en día en estado de ruina.




Aunque la recolección de la miel de los paneles de abejas es una actividad antiquísima, documentada ya desde tiempos prehistóricos, apenas quedan construcciones ligadas a la explotación apícola. La reciente rehabilitación, gracias a un convenio entre la Junta de Castilla y León y La Caixa, de un viejo colmenar de Valdevacas de Montejo ha permitido descubrir un tipo de edificación, prácticamente desconocida hoy en día en Segovia, que había ido desapareciendo progresivamente de la provincia sin casi dejar huellas. Sin embargo, tras el “hallazgo” de Valdevacas están empezando a salir a la luz otros colmenares en Segovia, dejando entrever que hubo una amplia colección en épocas pretéritas...

En Valdevacas existe un paraje, a poco menos de un kilómetro del pueblo, denominado precisamente “los colmenares”, donde hasta hace medio siglo estaban en funcionamiento cerca de una decena de ellos. Todos se encuentran ahora el ruina.

Su diseño era idéntico. Se trata de construcciones robustas de piedra, de planta rectangular (en el norte de España se construían con formas circulares), divididas a su vez en dos partes también rectangulares, de forma que el lado más corto de una coincide con el más largo de la otra. El rectángulo más amplio es un patio abierto, sin techar, por donde entran y salen libremente las abejas. El rectángulo más pequeño, donde se sitúan las colmenas en sí, está cubierto, a una vertiente, y en él se colocan, a modo de muro medianero con el patio, los “cestos” o “corchos”, como si de vasos tumbados se tratara.

Las abejas, tras pasar por el patio, entraban a los “cestos” —elaborados de ramas de sabina o enebro— y allí producían la miel. Y los apicultores accedían al otro lado de los “cestos” por la única puerta del edificio y luego, quitando una tapadera, podían extraer sin peligro la miel de los panales.

“Esta miel era buenísima”, asegura Miguel Ángel Sanz Gutiérrez, propietario del colmenar rehabilitado en Valdevacas. Las plantas aromáticas de las Hoces del río Riaza —en especial, el tomillo, el espliego y la jedrea— daban un sabor especial a esa miel. Pero Valdevacas no era el único pueblo de la comarca con colmenares. Según Sanz Gutiérrez, también los hubo en Maderuelo, Villalvilla, Villaverde y Montejo. Sin embargo, en todos esos casos las contrucciones, a pesar de su notable interés etnográfico, han ido quedando en ruinas hasta permanecer únicamente en el recuerdo de las gentes de mayor edad.

A falta de estudios rigurosos sobre los colmenares en Segovia, sí hay constancia de que su área de distribución no se ceñía a los pueblos situados en el entorno de las Hoces del Riaza. En el despoblado de Villaveses, ubicado en Castrillo de Sepúlveda, también quedan restos de un colmenar, al parecer en uso hasta los años 70 del pasado siglo. Dicho colmenar presenta una tipología parecida al de Valdevacas, lo que hace pensar que el colmenar “tipo” segoviano debió estar muy extendido antaño.

En cualquier caso, no todos los colmenares de la provincia eran iguales. También existieron, y en abundancia, los insertados en fachadas de edificios —como en la iglesia de Pinillos de Polendos—. Pero unos y otros parecen condenados a la extinción, lo que no deja de ser la pérdida de un legado cultural de aquella vida basada en la simbiosis del hombre con la naturaleza, como tantos otros ejemplos que podemos encontrar como los Palomares o la matanza del cerdo.

Historia de los colmenares

En el noroeste de España (Galicia, Asturias y Castilla y León) subsisten algunas construcciones ligadas a la explotación apícola de notable interés etnográfico. Estas construcciones parecen haber sido concebidas con la finalidad principal de mantener las colmenas fuera del alcance de los animales salvajes, principalmente osos pardos

Los cortines -como se denominan en parte de su ámbito de distribución- son construcciones por lo general de planta circular, al menos los más antigüos, con elevados muros elaborados con piedra en seco, puertas de reducido tamaño y voladizo prominente. Estos apiarios albergan generalmente colmenas verticales elaboradas con troncos huecos de distintos árboles. Este tipo de colmenas parece vinculado a los pueblos del norte de Europa establecidos en áreas boscosas. La distribución geográfica de este tipo de colmenas y colmenares parece muy vinculada a la márgen norte y oeste del río Duero, de un modo similar a la de otras construcciones de la cultura celta.



Aunque se mantienen en pie un elevado número de colmenares, su situación es de abandono, por la implantación de nuevas técnicas apícolas, o de elevada degradación, existiendo escasas iniciativas públicas y privadas para su restauración y puesta en valor, no existiendo figuras legales específicas de protección y no aplicándose en otras ocasiones medidas genéricas para este patrimonio etnográfico no catalogado hasta la fecha.

Sistema productivo de un colmenar tradicional

La colmena tradicional era un simple tronco de árbol que ha sido ahuecado, generalmente con fuego. En el interior de las colmenas, hechas de tronco de roble o cerezo, suele haber puesto algún palo para facilitar que las abejas construyan su panal. Estos palos interiores pueden estar colocados en forma vertical (breones), pero también pueden colocarse horizontalmente (fustes). Para garantizar una producción lo más segura posible, esta colmena tradicional se coloca sobre una buena base y para defenderla de las inclemencias de la nieve o la lluvia se cubre con una gran corteza de árbol, especialmente de abedul, y una piedra o losa por encima. Es muy importante colocar esta colmena en un sitio propicio para que las abejas salgan con facilidad a la flor y para que reciban el sol.

Cuando la colmena está cargada, en verano, hay que proceder a la extracción, que en puede realizarse hasta dos veces en la misma colmena. Se acostumbra echar humo a los animales para que no ataquen y para ello se emplea un ahumador con trapos y para protegerse de las abejas se ha utilizado desde tiempos antiguos una red que cubre la cabeza (carantoña).

La abeja es muy sensible a ciertas epidemias y enfermedades por eso se usan ahora las medicinas preventivas y desinfectantes, pero hay otros enemigos que molestan a las abejas, como la polilla, los ratones y los osos, particularmente aficionados a acercarse a las colmenas y a robar y a comer la miel.

Por ese motivo a veces el colmenar, que está distante de la población, en el monte, es preciso protegerlo con una pared alta y circular, convirtiéndose así en un (cortín), construcción propia del occidente astur. El cortín permite que las abejas estén cerca de sitios abundantes en flor poco frecuentada y, al mismo tiempo, garantiza que ningún animal como el oso, pueda hacer pillaje.

Suele ponerse el cortín junto a alguna fuente en el monte, para que las abejas puedan tener cerca el agua. El cortín se construye siguiendo la pendiente de la montaña, buscando así que entre la mayor cantidad de sol posible, pues se considera que cuanto más solano es el sitio mejor y mayor será la producción de miel y en mejores condiciones estarán las abejas. la pared del cortín es circular para evitar las esquinas, que facilitarían el acceso del oso y en tiempos pasados los campesinos colocaban trampas cerca de la construcción para evitar que se acercara el oso y, de paso conseguir cazarlo.

El cortín es propiedad de una familia campesina, que se encarga de cuidarlo, vigilarlo y extraer la miel, pero se construyen en montes de uso común, lo cual a sido la causa de muchos pleitos entre los campesinos.

La miel, que se consume cruda, se utilizaba como comida de prestigio y también solía integrar la dieta propia de la mujer antes de parir. Entre los campesinos la miel se usa también como medicina preventiva, fundamentalmente para prevenir los catarros y las infecciones, bien tomando una cucharada de miel por las mañanas, bien mezclándolo con orégano o con leche muy caliente, en este caso por la noche para acostarse. Se usa también como sustancia cicatrizante y desinfectante para heridas o quemaduras en la piel o para algunos males en los ojos.

Pero las abejas producen también un bien preciado: la cera. Gracias a las abejas que posee la casa campesina, podía confeccionar útiles necesarios para la vida diaria como la vela. Las velas proporcionaban forma de iluminación muy apreciada en las casas de pueblo antes de la existencia de la luz artificial. "La cera se utilizó en la sociedad tradicional como valor de cambio; con ella se pagaban rentas, foros y censos, así como las cuotas de ingreso a determinadas cofradías y las multas que amenudo imponía la Iglesia a los feligreses por faltas contra la religión".




Los nuevos colmenares

En estos momentos en varios pueblos de España se está tratando de rehabilitar los antiguos colmenares con un triple objetivo:
  • proteger las explotaciones tradicionales y frenar la entrada masiva de las colmenas trashumantes
  • autoconsumo o producción de pequeñas explotaciones para los mercados locales
  • se observa una tendencia progresiva a "ayudar" a las abejas, principal insecto polinizador, ante los graves problemas que está viviendo esta especie
Cada pueblo puede dictar unas ordenanzas municipales para regular la actividad apicultora, aunque tiene que respetar las siguientes normas: no podrán radicarse a menos de 400 metros de los núcleos de población; 100 metros de viviendas rurales o instalaciones pecuarias; 200 metros de carreteras nacionales, 50 de comarcales o 25 de caminos vecinales.




Una oportunidad para industrializar los pueblos de Castilla: de la fragua al FabLab

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La fragua representaba el principal factor industrial de los pueblos 

La Edad de los Metales es una de las dos grandes etapas tecnológicas en las que tradicionalmente se ha subdividido la Prehistoria. Es el período que siguió a la Edad de Piedra y durante el cual el hombre empezó a fabricar objetos de metal fundido, que comenzaría con las primeras evidencias de fundición del cobre (VI milenio a. C. en Anatolia y los montes Zagros). 

Antes de la Revolución industrial, el "herrero del pueblo" era un vecino básico de cualquier comunidad rural y casi el único representante de lo que en economía se denomina el sector secundario, la industria. 


La palabra fragua viene del latín, que signigica fabricación. La fragua era el lugar de trabajo del herrero, un espacio indispensable para la vida de los pueblos. Era el lugar donde se fabricaban de forma artesanal una gran variedad de objetos que cubrían casi todas las necesidades de producción industrial para los vecinos: herramientas y su afinamiento, repuestos para los aperos de labranza, aros para las ruedas de los carros, muebles, rejas, escaleras, ventanas, utensilios de uso diario dentro de la cocina como: cazuelas, sartenes, ollas y cucharones, y materiales de uso en las construcciones como clavos, varillas, vigas, tuercas y laminas, así como ataudes y cruces para los cementerios  A veces, también se utilizaban para poner herraduras en las pezuñas de los caballos y animales de trabajo.



En Castilla nunca falto un herrero que con su fuelle aplanara metal para luego modelar la herramienta o el artículo exigido por el cliente, de tal manera que fueron factores primordiales en la economía local. Con la llegada de la mecanización del campo en los años 60, las fraguas dejaron de utilizarse y el oficio de herrero artesanal practicamente desapareció.



La fragua solía ser una estancia de tierra batida y ennegrecida en la que destacaban el fogón con su fuelle, el yunque, el tablero de herramientas, una media cuba para el agua del temple y los montones de piezas de chatarra en los que el herrero encontraba siempre el elemento que le hacía falta. Las herramientas imprescindibles eran el enorme fuelle que impulsaba el aire para avivar el fuego, la bigornia, la pila de templar el hierro, la rueda de afilar, las herramientas que se utilizaban en la fragua, tenazas, soldadores, martillos, útiles para dar formas a los clavos, etc.



La fragua de Vellosillo funcionó hasta los años 60. Se trataba de un edificio comunal que se arrendaba al herrero. Estaba situado entre la escuela vieja (el actual teleclub) y la vacada, el corral donde se guardaban los animales de trabajo del pueblo. La chimenea de la fragua utilizaba la torre del antiguo Castillo de Vellosillo. El edificio de la fragua se desmoronó en los añós 80, siendo finalmente demolido ante su ruina inminente.

Fragua de Vellosillo (1974)

Fablabs: el resurgir de la fabricación local y artesanal basada en la economía en red

En los últimos años del siglo XX, con la expansión de internet, surgen de forma expontánea en numerosas ciudades del mundo una serie de locales gestionados comunitariamente que se comienzan a denominar hackerspaces, hacklab (laboratorio hacker) o hackspace (inglés: espacio de/para hackers). Surgen como lugares físicos en los que se reúne gente con intereses comunes, casi siempre afines a la tecnología, la ciencia, la informática y el arte digital, aunque tampoco están cerrados a otros tipos de expresiones. Se trata de comunidades abiertas en las que se comparten recursos y conocimiento para emprender proyectos colaborativos, muchas veces destinados a la fabricación de todo tipo de objetos (FabLab). 

Los hackerspaces dan nacimiento a muchas ideas y son semilleros de cientos de invenciones sólo por el gusto de hacerlas. Se organizan talleres, charlas y mesas de trabajo, así como todo tipo de actos sociales dentro de la comunidad que lo forma. Además, se dispone de muchísimo material para trabajar. Siempre encontrarás cosas para modificar o construir. Las herramientas --desde libros y manuales hasta herramientas, artefactos y cables-- son parte central del concepto.



Debido al desarrollo de internet hoy en día es posible el acceso, copia, intercambio y redistribución (de manera rápida y sencilla) de infinidad de contenidos como obras literarias, científicas, musicales, multimedia con un coste casi nulo, lo que permite el acceso inmediato a todo tipo de conocimiento disponible en la red, desde un manual de autofabricación de miles de objetos hasta un diseño compilado en un programa para utilizarlo en una impresora 3D. El código abierto y el movimiento makers han influido significativamente en la emergencia de este tipo de espacios creativos formados por comunidades que trabajan en red.

El modelo económico más común para crear un hackerspace suele ser que una comunidad formada por un grupo de personas alquila un lugar (una casa, un edificio viejo), se acondiciona y se le dota de unas instalaciones (herramientas, etc...). Entre todos se financia repartiendo los costes. Se considera una instalación básica, cuando el local cuenta con energía eléctrica y acceso a internet. El modelo organizativo suele ser que un pequeño grupo, elegido en asamblea, se convierte en el consejo rector, ya que algunos hacklabs son especialmente grandes, como el emblemático c-base, en Berlín, con más de 500 miembros. En los últimos años han aparecido cadenas de hackerspaces, como Techshop, donde una empresa se encarga de montar y mantener la infraestructura del hackerspace.



Existe un importante componente ideológico en la organización de hacklabs, sin embargo quienes organizan y quienes participan en un hackerspace más que verlo como una militancia lo ven como un lugar para aprender y experimentar.

Los primeros hacklabs surgieron en Italia a partir del primer hackit hackmeeting italiano en 1998, pero fue en Barcelona donde se creó el primer hacklab de España: Kernel Panic, a partir del primer hackmeeting español en el 2000. Actualmente existen unos veintidos hacklabs en España y continúan creciendo en número. Se calcula que puede haber más de 700 hacklabs en el mundo en estos momentos.


El concepto del hackerspace se mezcla con el de FabLab (acrónimo del inglés Fabrication Laboratory), un espacio de producción de objetos físicos a escala personal o local que agrupa máquinas controladas por ordenadores. El concepto de FabLab aparece al principio de los años 2000 en el Center for Bits and Atoms (CBA) del Massachussets Institute of Technology (MIT). Nace de un proyecto colaborativo que gira en torno a la relación entre el contenido de la información y su representación física y al empoderamiento de las comunidades gracias a una tecnología de base, con el objetivo de crear el conocimiento y la infraestructura de máquinas que permita fabricar "casi de todo".


Las máquinas que suele reunir un FabLab son :
  • Una cortadora láser controlada por ordenador para ensamblar estructuras 3D a partir de partes 2D
  • Una fresadora para hacer piezas medianas de muebles y de casas
  • Una cortadora de vinilo para fabricar circuitos flexibles y antenas
  • Una fresadora de precisión para hacer moldes tri-dimensionales
  • Herramientas de programación para procesadores de bajo coste
  • Una máquina de prototipado rápido de tipo RepRap



Los FabLabs son espacios de experimentación en el campo de la producción que se integran dentro de los contextos locales donde se sitúan. Existe una gran diversidad entre los objetivos, proyectos y realizaciones, modelos de negocio y articulaciones locales según cada FabLab. Algunos se dirigen explícitamente a artistas y cruzan la fabricación digital a las experiencias y ambientes de los hackerspaces, cuando otros se orientan a la solución de problemas sociales y de salud; algunos se financian de forma pública, otros buscan los modelos de negocios que les sostendrán. Los proyectos que han sido desarrollados en los FabLabs incluyen turbinas solares e hidráulicas, ordenadores y redes de datos wireless (cliente ligero), instrumentos de análisis para la agricultura y la salud, casas personalizadas, máquinas de prototipado rápido y muchos otros.


Los laboratorios de fabricación digital abren el camino a la fabricación personal y a la individualización de la producción. Por lo tanto provocan una relocalización de la producción a escala media o individual. Desplazan asimismo el objeto de la transacción, ya que la escasez de capacidad a construir el objeto físico desaparece, hacia el diseño y/o los servicios añadidos. Socialmente permite empoderar muy fácilmente a las personas de manera que se apropien técnicas de producción y puedan solucionar problemas reales de su vida cotidiana o sencillamente producir algo que no existe o que desean producir, abriendo enormes posibilidades de emprendimiento dentro de la emergente sociedad del conocimiento.

¿Puede ser una oportunidad para industrializar los pueblos de Castilla?

El sentido que tenía la fragua en las comunidades antiguas de los pueblos castellanos, un lugar para fabricar los objetos que necesita una comunidad local, puede ser interpretado como similar la idea del Hackerspace y FabLab, que representan una especie de fusión del concepto de la fragua de los pueblos y la sociedad de la información global. 

En lugar de fuelle y yunques, cuentan con impresoras 3D y todo tipo de herramientas modernas. En lugar de trabajar un solo artesano, se crea una comunidad multidisciplinar que colabora aprovechando la innovación del conocimiento en fuente libre accesible en internet. La creatividad y los proyectos colaborativos surgen de los grupos de hackers, inventores y gente con ganas de aprender que se agrupan bajo un mismo techo. El propósito de un hackerspace es concentrar recursos y conocimiento para fomentar la investigación y el desarrollo. Algunas de las más importantes innovaciones hoy en día nacen en este tipo de entornos de creatividad compartida, gracias al trabajo en red y la potencia de innovar gracias a las modificaciones que se van efectuando sobre el diseño original gracias al código libre.


La reciente era de la información ha sentado las bases de la economía del conocimiento, y hoy más que nunca hay mayor acceso al aprendizaje, nuevas herramientas digitales y no digitales a través de Internet y las comunidades no jerárquizadas. Los movimientos Do It Yourself, Makers, Fabbers, Do-ers, entre otros, están revolucionando la manera en que producimos tecnología, innovamos y compartimos nuevos inventos; aparatos, objetos y dispositivos insólitos aparecen cada día permitiendo a cualquier persona en cualquier lugar del mundo descargar instrucciones, modificar y adaptarlos, y producirlos de manera local en FabLabs, HackerSpaces o MakerSpaces. No solo puede convertirse en una forma de vida, si no que puede permitir a cualquier persona el  poder tenerlo como actividad primaria de subsistencia, ya no solo por su explotación económica, sino como manera de solucionar sus necesidades básicas, y como ser parte de una comunidad local, con influencia global.


Estamos teniendo acceso como nunca a herramientas que pueden convertirnos nuevamente en productores, aunque sobre todo el mundo digital: subimos imágenes, escribimos artículos en blogs personales, denunciamos injusticias en Twitter, editamos vídeos y los colgamos en YouTube; hoy en día estamos llevando ese mismo proceso de convertirnos en productores al mundo físico, con la irrupción de nuevas herramientas de fabricación distribuida, vinculadas a esos mismos ordenadores que nos «desconectan» del mundo «real» para introducirnos en el mundo «virtual». Estos ordenadores se conectan a máquinas de fabricación «digital», las cuales pueden transformar modelos digitales en físicos en cuestión de minutos u horas, y por lo tanto se convierten en la herramienta más poderosa para cambiar nuestra realidad inmediata. Bienvenidos al mundo de los nuevos artesanos digitales de nuestra era.

El principal reto será cambiar nuestro rol de consumidores en un mundo que ha sido creado para ello durante más de cien años; al mismo tiempo necesitaremos una nueva alfabetización y un gran cambio de modelo educativo masivo, para poder aprender a aprender y para incluir nuevas herramientas como el modelado 3D o la programación en diferentes lenguajes y códigos de ordenador para desarrollar nuestras propias aplicaciones, programar nuestros propios microcontroladores en circuitos previamente diseñados igualmente por nosotros mismos. 

Hoy ya existen los recursos de aprendizaje en línea en los que no se necesita a un profesor o un aula con unas horas obligatorias. Plataformas como Khan Academy, EdX, Fab Academy o Code Academy permiten que cualquier persona con acceso a Internet y a un cierto número de herramientas de prototipado y experimentación puedan cursar seminarios de neurociencia, programación, diseño de circuitos, lucha contra la pobreza, entre otros cursos con materiales pedagógicos de universidades como Harvard, MIT o Stanford, parte de una lista que crece cada día. El aprendizaje individual tiene un gran potencial en el desarrollo de nuevas habilidades, las cuales no se encuentran en el sistema educativo tradicional, que tiene una importante actualización pendiente. Sin embargo, aprender en comunidad y de otros que no son necesariamente profesores potencia la capacidad de trabajar en equipo y desarrolla la empatía de los individuos por su comunidad y por otros. 

Necesitamos espacios colaborativos, lugares para gente con ideas, que permitan el acceso a herramientas de producción y que estimulen el trabajo en colaboración y abierto. El fenómeno DIY adquiere otras dimensiones si en lugar de hacerlo tú mismo, lo haces con otros, Do It With Others (DIWO).

Creemos, por tanto, que esta nueva tendencia significa una oportunidad única para industrializar los pueblos de Castilla, creando empleo y sentando las bases de una sociedad más sostenible. La clave es desarrollar la sociedad del conocimiento y atraer talento a nuestros pueblos, algo que cada día está más al alcance de la mano. Destacamos las siguientes razones:
  • Por tratarse de sociedades que siempre han trabajado en un entorno comunitario
  • Por la necesidad de localizar la economía física y crear mercados locales
  • Como motor adsequible para generar innovación 
  • Por el bajo coste de alquiler del espacio y la buena situación geográfica entre grandes núcleos urbanos
  • Por lo atractivo de poder vivir más tranquilo, sin perder las ventajas de la sociedad red
Si te interesa el tema, os recomendamos ver el documental: Making Living Sharing - a FabLab world tour documentary







Castilla y León no consigue solucionar el grave problema de despoblación en sus pueblos

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  • Castilla y León regresa con sus 2,5 millones de habitantes a la población que tenía en 2005-2006, pero mas desarticulada, menos cohesionada, más envejecida y más dependiente.
  • La fijación de la población es un lamentable fracaso, cuya explicación recae básicamente en políticas erráticas y sin verdadero compromiso con el territorio y sus gentes de la Junta de Castilla y León.
  • Los diarios de la región han presentado esa reducción de población de manera estadística, sin interrogantes, y a veces con una frialdad hiriente para los ciudadanos comprometidos con el devenir de sus pueblos y con el mantenimiento del tejido humano y socioeconómico.
Castilla y León se desangran y el Gobierno regional ni se inmuta. La provincia de Zamora ha entrado en una fase irreversible de despoblación y el presidente de la Diputación, el señor Martínez Maillo, y vicepresidente a su vez de la FEMP, sigue “como el que oye llover”. Lo mismo podría decirse de los representantes del resto de las ocho provincias de la región que figuran entre las doce que más han perdido en la última actualización del padrón municipal del país. Aquí nadie se hace responsable del fracaso demográfico, de la despoblación, o de la frustración de los jóvenes que siguen engrosando la emigración regional. Una frustración colectiva que se ha hecho palpable en la soledad dramática y en el silencio profundo de nuestros pueblos en las pasadas fiestas navideñas.

Los datos son contundentes y dolorosos. No solo descienden los municipios rurales por debajo de los 1.000 habitantes, ya exangües la mayoría, sino las ciudades que ejercen de bisagras en la cohesión territorial, y también muchas de las capitales de provincia que ven como se anquilosan sus estructuras vitales y como sus alfoces han frenado el ritmo de atracción y crecimiento. Ni siquiera la provincia de Valladolid y su capital se libran de esta debacle, después de años de euforia concentradora y especulación inmobiliaria. Castilla y León es la comunidad autónoma que más ha perdido de toda España: 26.203 habitantes (- 1 %) de los 135.538 en que ha descendido el padrón del país a 1 de enero de 2013 (- 0,3 %).

La región regresa con sus 2.519.875 de habitantes a la población de 2005-2006, pero mas desarticulada, menos cohesionada, más envejecida y más dependiente. Los datos a escala provincial y local son aún más elocuentes, al enseñarnos los graves desequilibrios que padece la región, pues son las provincias del oeste, las del viejo Reino de León y fronterizas con Portugal, Zamora (- 1,74 %) y Salamanca (- 1,43 %), las más perjudicadas por la despoblación.

La trágica combinación de un saldo vegetativo muy negativo (- 9.417 personas) y una salida emigratoria hacia el resto del país y hacia el extranjero de muchos jóvenes, explican esta caída tan grave en un solo año, que convierte a Castilla y León en la región más castigada por la regresión demográfica. También los inmigrantes se van. La fijación de la población se ha convertido en un lamentable fracaso, cuya explicación recae básicamente en las políticas erráticas y sin verdadero compromiso con el territorio y sus gentes de la Junta de Castilla y León.

Los diarios de la región han presentado estos hechos de una manera exclusivamente estadística, sin apenas interrogantes, y a veces con una frialdad hiriente para los ciudadanos comprometidos con el devenir de sus pueblos y con el mantenimiento del tejido humano y socioeconómico. La dimensión social, económica y territorial de los problemas derivados de la despoblación merece un análisis crítico y político más hondo por su repercusión en el conjunto de la sociedad y en la vida regional. Recordemos que en febrero de 2010 se presentó con gran alarde propagandístico en las Cortes de Castilla y León, la Agenda para la Población de Castilla y León 2010–2020 por el presidente Juan Vicente Herrera.

Calificando entonces la despoblación como un tópico injustificado, la relectura de las 122 páginas del documento aprobado por las Cortes Regionales y de las 72 medidas propuestas, sistemáticamente incumplidas en estos años con los recortes sucesivos, nos produce sonrojo ajeno y vergüenza política ante la situación demográfica que nos presenta oficialmente el INE.

¡Qué paradojas!, a estas alturas buena parte del futuro de la región está en manos de los que se van hoy y de los que se fueron ayer, y no precisamente en la Junta que ha manejado irresponsablemente los presupuestos y ayudas europeas en proyectos insolentes, insolventes e inútiles como el de las Cúpulas del Duero. Depositamos, así, una parte de nuestras esperanzas en esa población vinculada con sentimientos arraigados en sus pueblos, comprometida con su cultura y con el buen manejo de sus recursos naturales. Suman cerca del millón de habitantes desperdigados por todo el territorio peninsular y puntualmente retornan por algún tiempo a sus casas y a sus pueblos, incorporando a nuestra región alguna dosis de vitalidad y su sensibilidad en defensa del patrimonio común.





No llenen de veneno los campos de Castilla y León

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Es público y notorio que el Gobierno de la Junta de Castilla y Leónva a disponer en breve de 180.000 kilos de un peligroso veneno rodenticida llamado bromadiolona. Y que en breve piensa distribuirlopara que se extienda por los campos de esta Comunidad Autónoma al objeto de combatir una plaga de topillos que no ha sido declarada. 

El empleo de veneno es un método agresivo y dañino que los estudios científicos realizados por toda Europa y las denuncias tramitadas hasta la fecha han demostrado que provoca la muerte de gran cantidad de especies silvestres, sean protegidas o cinegéticas, y también de ganado o domésticas. Es un riesgo muy serio no sólo para la naturaleza, sino también para la salud de las personas y otros aprovechamientos y usos del campo.

El empleo del veneno, al igual que la quema sistemática de linderos que lleva aparejada esta práctica, no se ha mostrado en absoluto eficaz para controlar a los topillos y prevenir los posibles perjuicios que puedan provocar en las cosechas. Otros métodos alternativos de prevención han sido descartados por la Junta de Castilla y León desoyendo las peticiones de especialistas en la materia. 

Personas concienciadas de los más diversos ámbitos, sean ganaderos o agricultores, usuarios del medio natural, cazadores o pescadores, naturalistas o científicos, ciudadanos en general, clamamos al Gobierno de la Junta de Castilla y León para que no llene de veneno los campos y se deje de utilizar de una vez un método tan peligroso para el medio ambiente y para la salud pública.

Por todo ello, les URGIMOS, a que paren el envenenamiento masivo de los campos de Castilla y León y que de una vez se sienten con TODOS los especialistas y los colectivos afectados e interesados para establecer un sistema de prevención y compensación de daños de topillo que no ponga en riesgo el medio ambiente y la salud, y que ayude a los agricultores a resolver sosteniblemente esta situación.






El aguardiente segoviano

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El aguardiente de orujo era una bebida de uso frecuente entre los habitantes de los pueblos, que solían tomarla por las mañanas “para matar el gusanillo”,  en un vaso diminuto, casi como un dedal, que todavía se conserva en algunas casas; Tambien se tomaba después de las comidas, pues al parecer  ayuda a hacer la digestión y a bajar los excesos de grasas.


vasos para aguardiente
En ciertas regiones como Galicia o León es de uso muy común en el campo, dando lugar a las célebres queimadas nocturnas, extendidas después, junto con los "conxuros" que las acompañan, por el resto de España.

En la provincia de Segovia es famoso el pueblo de Marazoleja, donde todavía se destilaba el aguardiente, siguiendo un antiguo y casi ceremonioso procedimiento cuyos orígenes se pierden en Edad Media, pues fueron los árabes los que trajeron el sistema para destilar.

sacando el orujo de la caldera

Realmente,  se llama “orujo”, no sólo al licor sino también a los restos de la uva después de estrujada para sacar el mosto. Se compone pues el orujo de hueso y hollejo de la uva y del ramaje del racimo. 

Tras haber sido pisado se apila en un pozo o en una pileta. Se amontona bien para que quede compacto y encima se echa una capa de barro,  y sobre esta capa se echa otra abundante de tierra. Todo ello sirve para evitar que se creen respiraderos, ya que si los hubiera, se enmohecería el orujo y no fermentaría, y llegaría a avinagrarse.

El tapado con barro y tierra se realizaba en el mes de octubre. En las pocetas o pilas debía estar dos o tres meses como mínimo, aunque lo propio es que el destilado se hiciera al comienzo de la primavera, con lo que podía estar tapado en la pila unos seis meses. Siempre que se encuentre convenientemente tapado, el orujo puede aguantar mucho tiempo, a veces dos años.



LA ALQUITARA

Para destilar el orujo se utiliza la alquitara de cobre que tiene dos partes: la parte baja o "caldera" y la alta o "cabeza". La cabeza lleva un depósito de agua fría por la parte exterior para enfriarla y así se licua el vapor que contiene por dentro, y el líquido saldrá así por el "pitano" formando un hilillo. 

Ambas partes, caldera y cabeza, se acoplan en una zona de estrechamiento. Y para evitar que salga vapor por la junta se pega una masa de harina alrededor, quedando así herméticamente cerrado.

alquitara al fuego
Se utilizan dos herramientas sencillas: el gancho, que es un mango con dos palos a modo de rastrillo en el extremo, utilizado para extraer el orujo después de someterlo al fuego, y la raspadora, de cobre, usada  para raspar el suelo de la caldera si el orujo se hubiera agarrado.

Despues de meses tapado con el barro, el orujo ya fermentado se saca de las pocetas y se deposita en la caldera , cubierto con agua. Para evitar que se agarre al suelo de la caldera es conveniente echar paja de cebada o de trigo por debajo.

Se pone a fuego lento, creándose en el interior una atmósfera de vahos que produce la destilación al enfriarse en la “cabeza”. Lo primero que sale por el pitano es lo más puro y concentrado. En una primera destilación se puede obtener aproximadamente un litro de aguardiente por cada dos kilos de orujo.


alquitaras

Pero como sale con pocos grados, es necesario después refinar ese primer aguardiente,  lo que consiste en volver a pasarlo por la alquitara; así se obtiene un aguardiente más puro, con una graduación cercana a los 80º. En esta operación del refinado se obtiene aproximadamente la mitad de la cantidad que se pone a destilar. Osea medio litro de orujo refinado por cada litro sin refinar que se pasa por la alquitara.

Para comprobar la graduación del aguardiente tiraban un buche al fuego y si ardía se suponía que todavía iba con fuerza, mas si lo apagaba ya veían que destilaba con pocos grados.

Para darle gusto y olor se echaban también hierbas aromáticas que, al cocer, iban a dejar su impronta en el aguardiente final. Si se echaban anises se evitaban además que luego el aguardiente lo pudieran rebajar maliciosamente con agua, ya que quedaría delatada al volverse blanquecino. 



En Galicia se utiliza tradicionalmente el Alambique, más sofisticado, donde el vapor pasa por un serpentín colocado dentro  de un depósito de agua fría situado al lado, con lo que se condensa mejor. 

alambique

funcionamiento del alambique

uno de los usos tipicos del aguardiente es la queimada, tomada en celebraciones nocturnas

Receta de la Queimada Gallega

Ingredientes:
-2 litros de aguardiente
-300 g de azúcar
-La cáscara de 2 limones
-La cáscara de 1 naranja
-1 puñado de granos de café

Colocamos en un recipiente de barro cocido propio para hacer Queimada  el aguardiente y el azúcar, en la proporción de 150 gramos por cada litro de aguardiente. Reservamos 2 cucharadas de azúcar para plantar el fuego.



Pelamos los limones y la naranja. Los echamos al recipiente de barro.
En un cucharón se ponen las 2 cucharadas de azúcar con un poco de aguardiente y le prendemos fuego, cuando plante la llama la aproximamos al recipiente de la queimada para que empieze a arder. Vamos removiendo la queimada con cuidado, dando vueltas sin llegar al fondo, donde se acumula casi todo el azúcar. A continuación se puede elevar el cucharón lentamente dejando que suban las llamas del alcohol y creando cascadas con ellas (esto para los más atrevidos…).

Se añade el puñado de granos de café. De esta manera la bebida tendrá un color tostado, gracias también al caramelo que se va a ir formando con el azúcar. Se sigue removiendo pero ya levantando un poco del azúcar del fondo de la cazuela de barro.Se deja que se vaya quemando el aguardiente, la llama nos indica que se está consumiendo el alcohol (es azulada debido al azúcar). el que quiera la Queimada  más floja debe esperar a que se reduzca poco a poco para terminar apagándola con un fuerte soplido. Si se deja que se queme todo el alcohol lo que se consigue es agua dulce y caliente


.
La Queimada se sirve caliente, cuando se haya apagado se sirve  en cuncas de barro o en un vaso de cerámica para que mantenga la temperatura.



Si se tienen ganas,  también se puede recitar sobre la marcha el conjuro correspondiente, conjuro de brujas, que traducido del gallego dice lo siguiente:

Búhos, lechuzas, sapos y brujas; Demonios, duendes y diablos;
espíritus de las vegas llenas de niebla, cuervos, salamandras y hechiceras;

rabo erguido de gato negro y todos los hechizos de las curanderas...

Podridos leños agujereados,hogar de gusanos y alimañas,

fuego de la Santa Compaña, mal de ojo, negros maleficios;

hedor de los muertos, truenos y rayos;hocico de sátiro y pata de conejo;

ladrar de zorro, rabo de marta,aullido de perro, pregonero de la muerte...

Pecadora lengua de mala mujer, casada con un hombre viejo;

Averno de Satán y Belcebú, fuego de cadáveres ardientes,

fuegos fatuos de la noche de San Silvestre,cuerpos mutilados de los indecentes,

y pedos de los infernales culos...


la Santa Compaña
Rugir del mar embravecido, presagio de naufragios,
vientre estéril de mujer soltera,maullar de gatos en busca gatas en celo,

melena sucia de cabra mal parida, y cuernos retorcidos de castrón...

Con este cazo, elevaré las llamas de este fuego similar al del Infierno

y las brujas quedarán purificadas de todas sus maldades.

Algunas huirán a caballo de sus escobas para irse a sumergir

en el mar de Finisterre.

¡Escuchad! ¡Escuchad estos rugidos...!, Son las brujas que se están purificando

en estas llamas espirituales..., Y cuando este delicioso brebaje

baje por nuestras gargantas, también todos nosotros quedaremos libres

de los males de nuestra alma y de todo maleficio.

¡Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego!, a vosotros hago esta llamada:
si es verdad que tenéis más poder, que los humanos,

limpiad de maldades nuestra tierra, y hacer que aquí y ahora

los espíritus de los amigos ausentes, compartan con nosotros esta queimada










El temporal pasa por Vellosillo

Avispa (Vespula vulgaris)

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Estamos familiarizados con las avispas de colores vivos y zumbidos furiosos que vuelan a nuestro alrededor y nos amedrentan con sus dolorosas picaduras. Pero la verdad es que la gran mayoría de las avispas son insectos solitarios e inofensivos para el ser humano. Por el contrario, en lugar de ser dañinas, son sumamente beneficiosas para el hombre ya que controlan las plagas. La inmensa mayoría de las avispas son parásitos (o más bien parasitoides) o predadoras. Esto les confiere un papel determinante en la ecología de sus biotopos, y ha propiciado su empleo en el control biológico de plagas. Algunas avispas tienen un papel polinizador que puede llegar a ser muy específico, como en el caso de la higuera, cuyas flores son fertilizadas por la avispa de los higos (Blastophaga psenes). Las avispas, junto con las mariquitas, mantis religiosas y las libélulas son algunos de los insectos más beneficiosos para mantener los cultivos de las huertas a salvo de plagas.

Las avispas se distinguen de las abejas por su abdomen inferior puntiagudo y su estrecha «cintura» que se denomina pecíolo y separa el abdomen del tórax. Estos insectos ostentan todos los colores que podamos imaginar, desde el amarillo al que ya estamos acostumbrados, al marrón, el azul metálico o el rojo vivo. Generalmente, las especies de colores más brillantes pertenecen a la familia de las Vespidae, es decir, las avispas que pican. Los véspidos (Vespidae) son una familia de himenópteros apócritos, cosmopolita y diversa (alrededor de 5.000 especies) que incluye a casi todas las avispas eusociales conocidas, así como muchas avispas solitarias. Se distinguen de otras familias cercanas, a veces también denominadas de manera genérica avispas, porque pliegan las alas en reposo. La definición más extensa es la que considera avispa a todo himenóptero no clasificado como hormiga o abeja.

Las avispas se dividen en dos subgrupos principales: sociales y solitarias. Las avispas sociales son sólo unas mil especies que incluyen las constructoras de formidables colonias como las avispas chaqueta amarilla y los avispones.

Las colonias sociales de avispas comienzan de cero cada primavera gracias a las reinas fecundadas el año anterior que fueron capaces de sobrevivir al invierno mediante la hibernación en un lugar cálido. Cuando la reina emerge de su largo sueño, construye un pequeño nido y cría una camada inicial de hembras obreras. Estas obreras asumen el trabajo de ampliación del nido, construyendo numerosas celdas hexagonales en las que la reina deposita continuamente sus huevos. Al finalizar el verano, toda la colonia, incluida la reina fundadora, fenecen a causa del frío invierno. Sólo las reinas recién fecundadas sobreviven al frío para poder así reiniciar el proceso durante la primavera.

Las avispas solitarias, el subgrupo más amplio con diferencia, no forman colonias. Este grupo incluye algunos de los insectos de mayor tamaño de la familia de las avispas, como las asesinas de cicada y las halcón tarántula de color azul - naranja, que pueden alcanzar los 3,8 centímetros de longitud. Mientras que las avispas sociales usan sus aguijones como defensa exclusivamente, las solitarias picadoras dependen de su veneno para cazar.

La mayor parte de los animales ha desarrollado una gran aversión hacia las avispas picadoras; reputación muy bien ganada, por lo que éstas disfrutan de un amplio espacio vital. Aquellos que tengan la mala fortuna de tropezar con una colonia de avispas o la audacia de molestar un nido se encontrarán rápidamente rodeados por el enjambre. Una avispa sociable en peligro emite feromonas que inducen en la colonia cercana un frenesí defensivo mediante el ataque de sus aguijones. A diferencia de las abejas, las avispas pueden picar repetidas veces. Sólo las hembras tienen aguijones, que son en realidad órganos de ovulación modificados.

Las picaduras de avispas son una forma de defensa. Las avispas utilizan su aguijón para picar cuando perciben una amenaza para sí mismas o para la colonia. Entonces es cuando pican inyectando veneno, lo que produce una sensación inmediata de ardor. Las avispas son más agresivas que otros insectos con aguijón, pueden picar a la mínima provocación y el único signo de picadura de avispa es un pequeño pinchazo.

Los nidos de muchas especies (especialmente solitarias) están hechos de barro, pero la gran mayoría de los Vespinae, Stenogastrinae y Polistinae (grupos sociales) utiliza fibras vegetales masticadas para formar una especie de papel. Dentro de la subfamilia Vespinae, las del género Vespula hacen sus nidos en el suelo, las Dolichovespula los hacen en ramas de árboles, etc., las del género Vespa tienden a hacerlos en huecos de troncos de árboles, o de paredes o techos de habitaciones humanas.

A pesar del miedo que provocan, las avispas son sumamente beneficiosas para el ser humano. Casi todos los insectos considerados plagas en el planeta son presa de una especie de avispa, bien sea como alimento o como anfitrión de sus larvas parasitarias. Las avispas son tan adeptas a controlar las plagas, que hoy en día, el sector agrícola industrial las despliega de forma generalizada como insecticida ecológico para proteger los cultivos.







Tras la tempestad llega la calma

El Caslilla se desborda

Crecida en el río Duratón a su paso por Sepúlveda, por Lidia Viki

Cigüeña blanca (Ciconia ciconia)

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El refrán dice que “Por San Blas”, que se celebra hoy, “la cigüeña verás”. La población de cigüeña blanca en Castilla y León era en 2004 de 12.017 parejas, 1.582 en Segovia, según la Sociedad Española de Ornitología. Aunque el refranero popular asocia la llegada de esta ave a la festividad de este santo cada 3 de febrero, en realidad desde hace años muchas cigüeñas se quedan todo el año.

Muchas siguen haciendo la migración al sur, a zonas más cálidas, y comienzan en pleno invierno a regresar a zonas del norte como Castilla y León, pero otras cigüeñas se quedan todo el año, al tener alimento en el campo y unas temperaturas no tan frías como antaño, entre otros factores. Terminada la cría de los pollos, y una vez que han volado, los adultos siguen durmiendo en el nido por un tiempo; después, a finales de verano, jóvenes y adultos se reúnen en bandos numerosos apartados de los lugares de nidificación; vagan algunos días por la comarca, durmiendo en árboles o en el suelo, hasta que llega el momento de emprender el viaje a África, que las distintas agrupaciones realizan gradualmente.

Poco amigas de una larga travesía sobre el mar, pues utilizan corrientes térmicas para elevarse, aprovechan el Estrecho de Gibraltar para cruzar a África. Se ha comprobado mediante el anillamiento que las cigüeñas españolas invernan en África occidental, al sur del Sahara.

Su plumaje es mayoritariamente blanco con negro en las alas, mientras que los adultos adquieren un color rojo en las patas y el pico. Mide un promedio de 100 y 115 cm desde la punta del pico hasta el final de la cola, mientras que sus alas pueden llegar a tener una envergadura entre 155 y 215 cm. Las alas son largas y anchas y permiten al ave de planear. El aleteo es lento y regular. Vuela con el cuello estirado hacia delante y con sus largas piernas extendiéndose más allá del borde de su cola corta. Camina a un ritmo lento y constante con el cuello estirado. En contraste, a menudo retrae su cabeza entre sus hombros mientras descansa.

Las cigüeñas tienen la misma pareja toda su vida y suelen utilizar el mismo nido durante años. Se alimentan de gran variedad de animales, siendo básicamente un ave carnívora, como batracios, roedores pequeños, gusanos, insectos, reptiles, peces y moluscos. La mayor parte de su comida la consigue desde el suelo, en zonas de baja vegetación o en fuentes de agua de poca profundidad. Prefiere buscar alimentos en praderas que se encuentran dentro de unos 5 km de su nido, en lugares con vegetación corta lo que facilita el acceso a sus presas.

Es un reproductor monógamo, se empareja para toda la vida. Los dos miembros de la pareja construyen un nido de gran tamaño que puede ser utilizado por varios años. Las cigüeñas blancas emparejadas se saludan con una exhibición del comportamiento arriba-abajo, sacudiendo la cabeza agachándose, y crotoreando mientras lanzan la cabeza hacia atrás. Las parejas copulan frecuentemente durante el mes que precede la puesta.Cada año la hembra pone alrededor de cuatro huevos, que eclosionan de forma asíncrona 33 o 34 días después de haber sido puestos. Los dos adultos hacen turnos para incubar los huevos y ambos deben alimentar a los polluelos. Las crías dejan el nido luego de 58 a 64 días después de haber nacido; luego de ese periodo deben continuar siendo alimentados por los adultos por un periodo de 7 a 20 días más. Al nacer, los pichones son parcialmente cubiertos de escasos plumones cortos y blanquecinos. Dentro de una semana estos primeros plumones se sustituyen por una capa más densa de plumón lanudo blanco. A las tres semanas, el ave juvenil adquiere escapularios y plumas de vuelo negros. 

La mayor parte de estas parejas formaban colonias, alrededor del 80 por ciento, ya que solo el 20 restante estaba en nidos aislados, según este último censo. En ambos casos, los nidos se reparten mayoritariamente entre los árboles y las construcciones humanas, con la típica imagen de estas aves en las torres de iglesias. El nido se construye de ramas y palos, y tiene un diámetro de 0,8–1,5 m, una profundidad de 1–2 m, y pesa entre 60 y 250 kg. El nido suele ser utilizado año tras año, sobre todo por los machos mayores. Los machos llegan a principios de la temporada de cría y eligen los nidos. Los nidos más grandes son asociados con un mayor éxito en la cría, y parecen ser buscados. Varias especies de aves suelen anidar en los grandes nidos de la cigüeña blanca. Ocupantes regulares incluyen el gorrión común, gorrión molinero, y estornino pinto; residentes menos comunes incluyen el cernícalo vulgar, mochuelo europeo, carraca europea, lavandera blanca, colirrojo tizón, grajilla, y orrión moruno.

El tamaño de los grupos varía mucho y la estructura social en las colonias es vagamente definida; cigüeñas juveniles a menudo anidan en sitios periféricos, mientras que las cigüeñas mayores alcanzan mayor éxito reproductivo al ocupar los nidos de mejor calidad en el centro de las colonias. La estructura social y la cohesión del grupo se mantiene por medio de comportamiento altruista tal como el acicalado. Cigüeñas blancas exhiben este comportamiento únicamente en el sitio del nido. Aves de pie acicalan las cabezas de aves sentadas, a veces se trata de padres acicalando a juveniles, a veces son aves juveniles que se acicalan los unos a los otros.

El sonido principal producido por la cigüeña blanca adulta es el crotoreo ruidoso del pico, cuyo sonido ha sido comparado al de una ametralladora distante. El ave emite este sonido al abrir y cerrar el pico en secuencias rápidas, produciendo un golpeteo rítmico, amplificado por el saco gular que actúa como un resonador. El crotoreo es un medio de comunicación que se utiliza en una variedad de interacciones sociales, volviéndose generalmente más fuerte cuanto más tiempo dura, y adopta ritmos característicos dependiendo de la situación; por ejemplo, se vuelve más lento durante la cópula y más breve cuando se emite como señal de alarma.

El censo de 2004 puso en relieve la recuperación de la especie, con un aumento del 125 por ciento respecto al de 1994, en consonancia con la tendencia iniciada en la década de 1980 que acabó con el declive experimentado desde mediados del siglo anterior.








Suelta de palomas en el palomar de Vellosillo, por Nuria Tanarro

Dichos célebres II

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que se contaban hace años en nuestros pueblos...





 
LA VACA Y EL HUERTO 

Era un matrimonio que tenían una huerta y también una vaca, La mujer le dijo al marido que ya era hora de llevarla a vender, y que mejor iban los dos, que ella le acompañaría para que no se dejase engañar. Pero él no quería, porque decía que qué dirían en el pueblo, que otros maridos iban solos a la feria.

Ella entonces le dijo que a ver cómo vendía la vaca, que no la vendiese por menos de su valor y que cuidado a la vuelta con los ladrones, no le fuesen a quitar el dinero. Pero él, haciéndose el valiente, dijo que a él no le quitaban el dinero ni aunque saliesen catorce, que no tenía miedo.

Así que al día siguiente se fue con la vaca y la vendió, y uno del pueblo que volvió antes que él, le dio la noticia a la mujer de que su Juan había vendido la vaca bien vendida.

Entonces a ella no se la ocurrió más que vestirse de hombre, con unos pantalones y unas ropas viejas, y salió a esperarle al camino y, cuando le vio venir, se escondió en un regato y luego le asaltó de repente. Disimulando la voz, le pidió el dinero o la vida. Y él, todo acobardado, se quiso resistir, pero como insistiese que si no le daba el dinero de allí no pasaba, entonces, porque le dejase vivo, le entregó el dinero.
Y, entonces, María le dijo: 

-Pero no creas que con esto sólo te voy a dejar marchar, que me tienes que besar en el culo.

Juan no quería hacer eso, pero no tuvo otro remedio y, por fin, le dejó marchar, todo mohíno. La mujer, entonces, echó a correr por un atajo y llegó a casa a esperarle allí como si nada. Cuando le vio entrar, enseguida se puso a preguntarle, muy interesada: 

-¡Eh, Juan! ¿Qué tal en la feria? 
Juan, cabizbajo, no sabía cómo decírselo, y sólo dijo: 
-Vaya.
-¡Cómo que vaya!, si dicen que has vendido muy bien la vaca y no la traes.

Y, sin atreverse a mirarla, decía que sí con la cabeza.
-¿Y dónde está el dinero? ¡A ver el dinero! ¿O es que te han robado? 

Dice, lleno de pena: 
-Sí, pero eso no ha sido lo peor, peor ha sido lo otro.
-¡Cómo lo otro! ¿Pues ha habido más? 

-Bueno, que, además de darle el dinero, le tuve que dar al ladrón un beso en el culo.

Dice la mujer: 
-¡Anda, bobo! ¿No decías que no tenías miedo, que a ti no te robaban ni aunque fueran catorce? Si el ladrón era yo y no me conociste del miedo que tenías.

Y dice Juan, algo más aliviado: 

-Ya decía yo, que, cuando besé el culo al ladrón, olía a las berzas de nuestro huerto.






CINCO HUEVOS 
 
Era un matrimonio ya mayor, y había hecho la mujer cinco huevos para cenar, y dice: 

-Mira, tres pa mí y dos pa ti.
-¡Cómo! -dice el hombre-, siempre come más el marido. Tres pa mí y dos pa ti.
-No, tres son pa mí -dijo ella.
-Digo que no, que tres son pa mí, te pongas como te pongas.
-Bueno -dijo ella-, pues, entonces, me muero.
-Pues, si quieres, muérete, pero es así, tengo yo que comer tres.

Conque la mujer se murió (vamos, hizo que se moría, claro). Y, entonces, ya, prepararon el entierro y la iban a enterrar. Y, cuando la llevaban por el camino, al hacer la posa (porque antes, en el camino del cementerio, se hacían dos posas, que se decían, paraban dos veces y le echaba el recorderis el cura), va el hombre, al oído, y la dice: 

-¿Has oido?, que pa mí tres y pa ti dos.
-Que te he dicho que no -ella contestaba, pero la gente no se enteraba, porque hacía que lloraba el hombre.



Conque ya, a la puerta del cementerio, la segunda posa .
-¡Oye, que ya llegamos a la puerta del cementerio! Mira a ver lo que haces, que yo como tres y tú dos.
Y decía ella:
-Te he dicho que no, que pa mí los tres.
Bueno, ya llegaron a la hoya, para enterrarla, y dice otra vez el marido: 
-¿Ves?, que ya te van a bajar a la hoya. Pa mí tres y pa ti dos.
-Que te digo que no cedo, que pa mí tres.
Conque el hombre, todo enfadado, la deja por imposible y contesta: 
-Pues trágate los cinco.
Y allí ya se acabó el entierro, y la gente ya se enteró que todo era por la cena, por ver quién comía más huevos.



BRUJAS EN LA IGLESIA 

En un pueblo se oyeron un día unos ruidos muy grandes y extraños en una parte de la iglesia, y se lo fueron a decir al señor cura, porque decían que si pudieran ser las brujas o seres malignos y el señor cura tenía que echar la bendición.

Conque fueron a decírselo al señor cura y éste, al ver que no se veía nada y los ruidos sí estaban y se oían de vez en cuando -unos ruidos raros-, dijo que si iba a ser cosa del demonio que quería asustar al pueblo. Así que se corrió la voz por el pueblo de que los demonios estaban en la iglesia escondidos y que el señor cura iba a echar agua bendita para espantarlos.


Con que ya se vistió el cura y se puso a la entrada de la iglesia y, allí, con toda la gente detrás, afuera, el sacristán abrió bien las puertas y encendió las luces y, entonces, el cura empezó a echar los latines y a dar con el asperges y salió un marrano (porque los ruidos que habían era un marrano que se había metido allí, sería el marrano de Antón a lo mejor, no sé), salió corriendo, y entonces le pescó el señor cura entre las piernas y tiró con él, se lo llevó, y el cura iba montado en el marrano por las calles y decía: 
-¡Que me llevan los demonios! ¡Que me llevan los demonios! 
Y toda la gente iba detrás, diciendo en procesión:
 -Amén, amén, amén.







LOS PELLEJOS DE VINO 

Iba un hombre de paseo por una calle y estaban unas señoritas en un balcón, asomadas, y, al verlo, empezaron a reírse de él, porque debía ser el pobre señor no muy agraciado.
Conque va él, llama a la puerta y dicen: 
-¿Quién? -y salió la señora de la casa.
Y dice el hombre: 
-¿Venden aquí vino?
-¡Uy, no, señor, aquí, vino no! , 
-Yo creí que venderían, ¡como hay ahí tres pellejos a la ventana!


LA CONFESIÓN DE LA SEÑORA 

Pues una señora que todo le parecía pecado, se fue a confesar y se acercó allí al confesionario y no sabía cómo empezar.
Como no decía nada, el cura le preguntaba. Hasta que dice: 
-¡Ay, padre, si es que tengo un pecado, pero no me atrevo a confesarlo!.
-¡Hombre! ¿tan grande es que no se atreve a confesarlo? Dígalo, que Dios todo lo perdona.
Pero ella no se lo decía, sólo que era muy grande y que no se atrevía.
-Bueno, mujer, no se apure usted, ¿usted viene arrepentida? 
-Sí, pero es que...
-Bueno, pues vamos a ver el pecado. Dígamelo.
Y ya, por fin: 
-Pues, ya ve, que el otro día fui a hacer mis necesidades y me limpié con un papel que estaba untado de manteca.  ¡ Y es que era viernes de cuaresma.!





JUAN VAGAS 

Un hombre que venía del otro mundo -venía de ánima-, y iba llamando a las puertas: "un ánima del otro mundo, si me pueden dar una limosna", y llamó a la puerta de una señora, y dijo la señora: 

-¡Oy!» ¿Viene usted del otro mundo? A lo mejor conoce usted a mi hermano, que se llamaba Juan Vagas.

-¡Ay, que si le conozco! Juan Vagas y yo, amigos inseparables; no nos separábamos nunca.

Y le dijo la señora: 
-Pues le voy a dar a usted algo pa que lleve para allá: unos chorizos y de todas estas cosas que tengo aquí de la matanza, y eso se lo puede usted llevar.
-¡Uy!, todo lo que usted me dé se lo llevo.

Cuando llegó el marido a casa, le dijo: 
-Anda, ¿no sabes?, que ha venido aquí un ánima que conocía a mi hermano Juan.
-¿Que conocía a tu hermano Juan? 
-Sí, y le he dado chorizos y de todo, y un poco de lomo, para que se lo lleve.

Y ya dijo el marido, dice: 

-Anda, a ti lo que te ha hecho es que te ha engañado. A ese, voy yo ahora detrás de él y verás si le pillo.


El hombre tenía un caballo y marchó con el caballo a ver si lo encontraba, pero el otro, como era ánima, se había subido a un tejado a revolver tejas, a un cuartón de una era, y cuando llegó allí, dice: 
-Oiga, usted, señor, ¿ha visto usted pasar por aquí a uno que dice que era ánima del otro mundo? 
-Ya hace tiempo que pasó.
-Pues voy a ir a ver si lo alcanzo.
Y el ánima le respondió:
-Pues, mire, mejor es que me deje usted el caballo y voy yo a por él, que le conozco yo mejor que usted. Usted me deje el caballo, que voy yo a buscarle.
-Bueno, bueno, pues tenga usted el caballo, ya volverá usted.
Conque cogió el caballo y marchó y ¡tú que le viste! 
Y llegó a casa y se lo contó a la mujer. Esta le dijo: 
-¡Anda, bobo, más te ha engañado a ti que a mí, que ahora hasta nos ha dejado sin caballo! 


 
EL BURRO QUE CAGABA DINEROS Y OTROS SUCESOS

Había un arriero que se llamaba Juan Pedro Tintore, casado con Luisa Pueyo, eran tan pobres que lo único que tenían era un cerdo y un  burro viejo con el que llevaba cargas de leña. Le pagaban tan poco que apenas tenían para comer.

Viéndose tan miserable Juan Pedro le pidió consejo a su mujer y esta después de cavilar un rato, le dijo que vendiera el cerdo y con el dinero que sacara se lo diera de comer al burro y después  llevara al pollino a venderlo a la feria.

Juan Pedro así lo hizo, vendió el cerdo por treinta duros de plata en pesetas y durillos viejos, se los hizo tragar al burro y marchó ligero a la feria. Tan a tiempo que dos ricos mercaderes le pusieron precio al burro. Pero de repente el burro se tira un pedo y salieron tres pesetas y un durillo viejo.

El mercader avisó al arriero del prodigio, pero este despreciando les decía
 – Eso no es nada,  Yo no recojo nunca lo que caga en el campo.  En mi casa lo recoge mi mujer, y yo ya no se qué hacer con el tesoro que tiene en la habitación, que ya no le cabe.

Entonces los mercaderes le pidieron el pollino a cualquier precio, y después de mil razones, que si lo vendo que si no, al final le dieron 200 duros por el burro. Y el arriero escapó a casa corriendo como un ciervo.


Los mercaderes llevaron al burro a casa y juntaron a toda la familia. Colocaron al burro sobre una manta, en una habitación aseada para que pudiera cagar a placer y se sentaron las mujeres, los hijos y los nietos muy contentos alrededor a esperar. Después de mucho aburrirse, el burro por fin empezó pero allí no salían duros sino una peste que tuvieron todos que salirse al patio porque no lo aguantaban.

Tal fue el furor y el coraje que les dio, que decidieron matar a Juan Pedro, el arriero. Pero este sabiendo que vendrían a buscarle pidió nuevamente consejo a su mujer.

Esta le dijo: - Mira Juan, muy fácil,  aquí en casa hay dos conejos chinos blancos muy bonitos, te llevas uno al monte y yo me quedo con el otro, cuando lleguen les enviaré a que hablen contigo, entonces me echas la culpa del engaño y les invitas a comer a casa. Luego, delante de ellos, apuntas en un papel esto que te digo que voy a hacer de comer y se lo atas al cuello al conejo como si fuera un mensajero y haces como que me lo mandas.

Cuando llegan a la casa los mercaderes Luisa los envía al monte. Al ver a Juan Pedro le acometen pero el les dice:
-Alto , juro que la culpa ha sido de mi mujer, si me acompañáis a casa vais a ver el castigo que la voy a dar para que la sirva de escarmiento y además os voy a convidar a una buena comida.
-Enviaré a este conejo para que de a mi mujer el recado del menú que tiene que preparar mientras llegamos.
Entonces sacó un papel, escribió en él el menú y se lo ató con un cordel al conejo. Y mirándole fijo le dijo:  - Estate Atento. Vete a casa y avisa a mi mujer que haga esto para la comida.
Entonces lo soltó y el conejo salió disparado y se perdió en el monte para siempre jamás. Los mercaderes se le quedaron mirando como si estuviera loco.

Cuando llegan a la casa Luisa Pueyo tiene preparada la comida y les dice "-Ya recibí el aviso",  y saca el otro conejo con una nota igual colgada del cuello. Los mercaderes se quedaron maravillados y se olvidaron del burro y del castigo.


Y le dicen a Juan que cuánto quiere por el conejo, que les vendría muy bien para hacer recados, llevar las letras de cambio y los papeles de comercio. Después de mucho regatear Juan se lo vende por 300 duros. Los mercaderes para probar, le atan al conejo un recado al cuello con un mensaje para sus mujeres que les esperen que por la noche irían todos a cenar.

Entonces sueltan al conejo y claro, este se pierde en el monte como su hermano. Al llegar a su casa los mercaderes encuentran a todos durmiendo y les preguntan si es que no ha llegado el conejo. - ¡Que conejo ni que demonios! dicen las mujeres,  ¡ -Otra vez os ha burlado el arriero.!

Entonces los mercaderes juran que por bellaco y embustero, no volverán a sus casas sin traer el pellejo del arriero, y marchan a buscarle armados de palos. Pero cuando llegan, Juan Pedro les dice por la ventana que suban rápido y verán que escarmiento más tremendo le va a dar a su mujer por lo del burro y el conejo, Coge un cuchillo y sin que se den cuenta,  ella se pone un intestino en el cuello con sangre, y él hace como que la degüella y deja la cama toda ensangrentada.  

Los mercaderes al ver el estropicio se quedan temblando de que la Justicia, les pueda cargar con el suceso. Pero entonces Juan Pedro les dice.
-Miren ustedes, no se espanten, dos mil veces he hecho esto, pero tengo una trompeta que resucita a los muertos.

Dicho y hecho, tocó  la trompeta y ellos quedaron pasmados al ver como Luisa se levantaba en el acto. De la trompeta se enamoran, se la compran por 400 duros y vuelven a casa con ella muy satisfechos. Para hacer un experimento, al llegar a casa degüellan a sus mujeres y después las soplan con la trompeta, a la una y a la otra, pero aquello ya no tiene remedio.

Los mercaderes enterraron a sus mujeres y se van, encuentran a Juan Pedro, y esta vez lo cogen, lo meten en un saco y lo llevan atado para tirarlo al rio que estaba como a dos horas del pueblo. Pero por el camino pararon a comer en un venta y colgaron el saco de un árbol cerca de donde había un pastor apacentando corderos.

Juan Pedro  empezó a llorar y a lamentarse en el saco, entonces el pastor se acercó y le pregunto qué hacía allí dentro y Juan le dijo:
-Pues que me llevan a la fuerza a ser Rey de un reino muy rico,  pero a mi esas cosas me aburren. Y yo no quiero ir. ¿Te cambiarias por mi?. El zagal dijo que si. Y se metió en el saco. Entonces, Juan se volvió a su casa por el camino llevándose los corderos.

Cuando salieron los mercaderes de la venta cogen el saco y lo tiran al rio y se vuelven a casa muy satisfechos. Pero cuando van caminando se encuentran a Juan y asombrados le preguntan:
-Es verdad que eres el mismo?
-El mismo soy que tirasteis al rio, donde encontré dos costales rellenos de dinero, Y aún quedan muchos más,  que para mí no quiero, pues con ellos he comprado este rebaño de corderos. Y con esto a mí me basta.


Y ellos le dijeron:
-Encontrarías los costales si te volviéramos a tirar al rio?
-¿No habría de encontrarlos?. Vamos al puente y allí mismo os enseñaré el lugar donde están bajo las aguas, los costales que no he podido cargar para que los recojáis vosotros mismos.

Los mercaderes se miraron y suplicaron a Juan que los tire al mismo sitio. Y hacia el puente marcharon con dos sacos. Juan los metió dentro y los ató y dijo "–Allá va! " , y lanzó a los dos necios al rio desde lo alto del puente.

Y aquí acaba la historia del arriero  Juan Pedro Tintore. Los mercaderes allí quedaron para pasto de peces como castigo a su ambición. Y Juan Pedro se libró por fin de ellos y volvió contento a casa con su mujer Luisa Pueyo.
 



La quema II

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El pasado sábado 29 de marzo, celebramos nuestras particulares Fallas. Se agradece la colaboracion de los que aportaron su trabajo para quemar las ramas de las podas.





El río Caslilla bajo la niebla

Gentes de Vellosillo I

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Como recuerdo de los que vivieron en Vellosillo, se está instalando una exposición de fotografías en las paredes del local de la Asociación. Todos los que quieran escanear alguna foto de sus viejos álbumes y enviarlas por email a la dirección:  magar2@orange.es  , serán bienvenidas para imprimirlas y exponerlas. 

Adjuntamos una pequeña muestra de las fotos expuestas hasta ahora:















  









El prado de la Encerradilla

Caballos en Vellosillo (Nordeste de Segovia)

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Cuentan los mayores de Vellosillo que hasta la década de 1.920, en los inviernos fríos y largos, bajaban los lobos por las laderas de Somosierra hasta alcanzar los campos de Vellosillo para intentar cazar corderos o potros para alimentarse. Algunas noches gélidas del invierno se escuchaba los lances a vida o muerte desde las casas del pueblo. La manada de lobos estaba atacando a las yeguas que vivían en estado semi-salvaje en el prado del Espinar. Escuchaban los relinchos de las yeguas protegiendo a sus potros formando un círculo alrededor de la zarza principal del prado, lugar donde dormían y se protegían, y, los aullidos de los lobos, cuando la manada se desplegaba en formación de ataque para romper la línea de defensa formada por las grupas de las yeguas intentando cocearles. Un sentimiento de angustia se esparcía por Vellosillo ante la lucha por la supervivencia de los animales de las familias del pueblo. 



Antecedentes en la historia

El referente que tenemos más antiguo sobre caballos en Vellosillo lo encontramos en el interrogatorio del catastro del Marques de la ensenada (1752), donde encontramos la siguiente información:

"20. De qué especies de ganado hay en el pueblo y en el término , excluyendo las mulas de coche, y cavallos de regalo, y si algún vecino tiene cabaña o Yeguada que paste fuera del término. Dónde y cuantas cabezas, explicando el nombre del dueño.

A la veinte, dixeron que las especies de ganado que hay es vacuno, yeguar, mular, asnal, entrefino y de cerda. Pero sin cabaña, yeguada ni vacada. Y en consecuencia de carta orden regulan que cada doscientas cabezas de lanar producen cincuenta corderos, que valen a cinco reales y trece arrobas de lana que aprecio de cuarenta y cuatro reales. En este lugar no hay ganado trashumante. Incluyendo gastos corresponde al carnero 9 reales y lo mismo a la oveja. A la vaca 30, A la yegua y a la jumenta 15 y a la cerda 18."



Caballos en Vellosillo

Desde tiempos antiguos las familias de Vellosillo de la comunidad antigua convivían de forma muy estrecha con sus animales, compartiendo casa y preocupaciones. Toda la familia se encargaba de su cuidado. 

Cada especie animal tenía un método de cría. Los pastores se encargaban de las ovejas, un vaquero de vacas, caballos, mulos y burros, un segundo vaquero era responsable del pastoreo de cerdos, y, gallinas, conejos y palomas eran criados por los miembros de cada familia. 

Cuando no estaban trabajando los animales de carga, vacas, mulos y burros, el vaquero formaba a diario un rebaño con todos los animales del pueblo y los llevaba a los prados. El vaquero cobraba un sueldo de cada familia en función del número de cabezas que tuviera. Otro vaquero realizaba la misma función con los cerdos del pueblo. Ambos rebaños no podían mezclarse y pastaban en zonas diferentes. 

Cada día se producía un procesión de animales por todo el pueblo en una perfecta coreografía que nos sorprendería hoy en día. Ovejas, vacas, equinos y gallinas volvían solos formando filas a su casa sin mezclarse con los de otra familia o equivocarse de cuadra o tenada. Cada animal se colocaba en su pesebre acomodándose al calor del hogar. 

Los caballos formaban parte de la ganadería familiar. No todas las familias tenían caballo. Los que la tenían utilizaban a los caballos como animales de trabajo, para las tareas agrícolas y como medio de transporte. Rara era la familia que tenía silla. Se montaba a pelo y normamente utilizando solo la cabezada de cuadra. Los niños aprendían a montar desde pequeños, como parte de los juegos de esa sociedad que vivía conectada con la naturaleza.



El caballo, mulas y burros estaban incluido en la vida social, utilizándose en procesiones y celebraciones. La fiesta más importante era la de Carnavales con los "juegos de gallos". Una soga se tendía en la calle principal del pueblo, de la que se colgaban pollos vivos. Los mozos trataban de demostrar su habilidad y valentía participando en un torneo que consistía en arrancar la cabeza de los pollos colgados a galope tendido. Esta celebración era común en otros pueblos de Castilla, sobre todo en el Nordeste de Segovia.




El ganado como un parte esencial de la economía tradicional castellana

En las sociedades agrícolas, un animal era un instrumento de trabajo. Como a tal se le utiliza y se le aprecia. Vive en la misma casa que el hombre, en una habitación más, la cuadra. En la parte baja de la casa, albergaba machos, burros, vacas, cerdos y gallinas. Cada uno en su zona respectiva. Los olores, de los que muchos hoy denostarían como algo inhumano, formaban parte de la vida diaria. En invierno, incluso el calor de tanto ser se extendía a las salas altas del edificio. Dos grandes grupos de ganado había, en función de la edad y de sus condiciones para el trabajo: el ganado cerril, el joven, y el ganado domado, el preparado ya por el hombre para las tareas. 



Por una parte, el ganado del trabajo, vacas, burros y machos; por otra, la ganadería, que proporciona ingresos, ovejas, cabras y vacas. El nombre de caballería se refiere a cualquier animal équido doméstico de carga y trabajo.

No sólo vivían en sus lugares, cuadras, sino que también tenían sus propios platos,  los pesebres. De los animales, de todos, se aprovechaba hasta sus basuras, que, de vez en cuando, eran sacadas al campo y amontonadas en lugares apropiados, los muladares. Y bebían en lugares expresamente acondicionados para ellos, las pozas, situadas en los arrabales del pueblo. El potro era un artefacto de madera para sujetarlos cuando se resistían a ser herrados o curados de algún problema en patas u otras zonas del cuerpo. Animales y personas tenían una relación mutua casi familiar, y al grito de ¡Arre!, ¡Sooo! o ¡Ría, huesque!, aquéllos reaccionaban.



Cada año se celebraban una serie de ferias de ganado donde acudían las gentes de Vellosillo esencialmente para vender los potros, aunque también se utilizaban para comprar, vender o cambiar caballos. La más conocida era la Feria de Turégano. Ya se tenía conocimiento de esta feria hace más de medio milenio (en una Provisión del rey Felipe II, fechada en 1577 ya se hacía referencia que "desde tiempos inmemoriales se acostumbraba a hacer en dicha Villa una feria...") aunque el comienzo y la duración de la misma eran distintos de los actuales.

Por aquellas fechas, se trataba esencialmente de una feria de ganado. El recinto ferial se extendía principalmente por la Calle Real, a lo largo del recorrido se colocaban pequeñas barras donde se servía vino y bollería, especialmente para cuando se cerraba un trato, en lo que llamaban "echar el alboroque". Si el trato era excepcional, se celebraba en improvisadas terrazas con el plato típico de la feria, el "Bacalao al Ajo Arriero". Oficialmente dicha feria comenzaba el 24 de Noviembre, víspera de la festividad de Santa Catalina, y al llegar a San Andrés, el día 30, se prolongaba un día más. La feria era tan importante que el día 13 de Noviembre, día de San Bricio, Turégano ya estaba lleno de feriantes que provenían de todas partes del país. Las casas tureganenses e incluso las de los pueblos adyacentes se convertían en improvisadas posadas para los visitantes. 

Actualmente la feria de Turegano es básicamente de maquinaria agrícola, automóviles y productos regionales y se celebra en los días cercanos a San Andrés. Otros pueblos, como Fuentepelayo han tomado la iniciativa en estos últimos años con la Feria del Caballo que se inició en 1986, como complemento de la exposición de maquinaria de la Feria del Angel y con la intención de rememorar las antiguas ferias de ganados. Desde entonces, poco a poco este certamen ha ido adquiriendo mayor relevancia en el mundo ecuestre. Este certamen cuenta con compra-venta de caballos, concursos y exhibiciones de doma de alta escuela, de doma vaquera, y muestras de diversas cuadras y ganaderías.

Desde época de la inmigración masiva a la ciudad y la mecanización de las tareas del campo la aficción al caballo se ha mantenido por pequeños propietarios para uso de recreo que han mantenido en diferentes momentos algunos caballos en Vellosillo y en las hipicas de la zona. 



Hoy en día

Montar a caballo ha sido parte de la cultura humana durante mucho tiempo. Muchas de las veces, montar era realizado principalmente por motivos prácticos tales como trabajar, viajar o en las guerras. Hoy en día, la equitación es predominantemente recreativa y es una actividad amada por muchos. La mayoría de la gente podría montar. Si te interesa este tema te recomendamos visitar este tutorial de iniciación o este otro con vídeos.

En nuestra zona hay varias opiciones para dar clases, hacer rutas o alquilar caballos:

La Hípica (Grajera)
La Vereda (Riaza)

Recientemente han creado un grupo en Facebook llamado Caballistas del Nordeste de Segovia, donde puedes contactar con aficionados al caballo en la zona o participar en rutas.







Los García de Vellosillo

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Hace algo más de 260 años,  en 1752,  en Vellosillo no había “Garcías”. Había entonces 18 vecinos (16 labradores, un sacristan y una viuda pobre de solemnidad). Y sus apellidos eran  Perez,  Arnanz,  Barrio, Hernanz,  de Frutos,   Tomé,   Berzal,  Pascual  o  Diez.

Ningún García.

Hoy en cambio, los García predominan, incluso en las grandes celebraciones,  cuando se juntan allí gran cantidad de personas que proceden del pueblo. Por eso, uno de los grandes misterios vellosillanos era como ha sido posible tal invasión  de “Garcías” .


Desde hace unos  años, Fernando  Serrano Martínez, miembro de la Asociación casado con una “García” de Vellosillo,  ha intentado desentrañar el misterio.

Fernando, con permiso del cura D. Teodoro  consultó los libros sacramentales de la parroquia. Sobre todo los libros de bautismos. Partió de la búsqueda del bisabuelo de su mujer,  llamado Tiburcio García Burgos, nacido en  1.847. Y después buscó el padre de este Tomás Garcia Orcajo (nacido en 1.821), a su vez hijo de otro Tomás García Orcajo, nacido en Vellosillo en 1.780.

La búsqueda de información ha sido muy laboriosa por lo confuso que viene en los libros sacramentales. Pero aunque faltan datos como fechas de nacimiento  y algún pariente lateral, por ejemplo, finalmente obtuvo una idea bastante aproximada de las ramas Garcia de Vellosillo: 

Tomás Garcia Orcajo, nació en Vellosillo en 1.780, y se supone que fue el primer Garcia del pueblo.  Sus padres, sus abuelos (por parte de padre y de madre), y sus tios eran naturales de Urueñas (Segovia), población situada a 15 Km. al norte del pueblo. 

¿Cómo acabó Tomás García en Vellosillo?. Seguramente nunca lo sabremos. Si nació en Vellosillo significa que sus padres se establecieron allí antes. Incluso Rosa, con la que se casó  Tomas, era también de Urueñas.  En 4 generaciones, Tomás y su mujer Rosa, habían dado orígen a  unos cincuenta y cuatro mozos y mozas de Vellosillo de apellido García, nacidos entre los años 1920 y 1940 (5ª generación), los cuales,  una vez casados,  dieron origen a la 6ª generación, que mantuvo el apellido únicamente a través de los descendientes varones.

La quinta generación de Garcías fue la que vivió el cambio radical en su actividad. Primero por la mecanización del campo que revolucionó la vida de tipo tradicional que se llevaba en el pueblo desde hacia siglos. Y segundo porque fueron los que emigraron a la ciudad entre los años 50 y 60 del siglo XX y tuvieron que adaptarse a un modo de vida totalmente diferente.

La documentacion estudiada por Fernando Serrano indica las siguientes generaciones de Garcias en Vellosillo:

1ª Generación  Tomás Garcia Orcajo (el mayor) . Nació en Vellosillo en 1780 y se casó con Rosa  Orcajo Velázquez, que era de Urueñas. Tuvieron varios hijos (Bruno, Mateo o Frutos), pero el que interesa es el hijo llamado también Tomás

2º Generacion : Tomás García Orcajo (el menor),nacido en Vellosillo en 1821 y muerto en 1883. Tuvo otros hermanos, por ejemplo Bruno García,  nacido en 1809, quizás el que figura en esta hoja del Almanaque segoviano de 1854 como comprador de tierras de la Iglesia tras la desamortización y que al parecer fue el que emigró a Riaza conservando las tierras en el pueblo. Sus descendientes son llamados por ello “los de Riaza”.

Este Tomas García Orcajo, casó con Manuela Burgos Hernando, (nacida en  Tanarro 1815)y tuvieron como 3ª generación  a los 3 grandes patriarcas de los García de Vellosillo: TIBURCIO (nacido en 1847), PABLO (en 1852) y sobre todo FELIPE (en 1.854), del que proceden más de la mitad de los garcías actuales de Vellosillo. Tomás y Manuela también tuvieron otros dos hijos,  Angel y Genaro, cuya descendencia no trascendió mucho.



3º Generación:   Comenzamos con Tiburcio García (hijo de Tomas Garcia Orcajo el menor), que tuvo 6 hijos y 19 nietos

TIBURCIO GARCIA BURGOS (Vellosillo  1847/1931), casa con Valentina Casla Rodrigo. sus hijos ( 4ª generación)y nietos (5ª generación) fueron los siguientes:

  • TOMÁS GARCIA CASLA (1878/1943), que casó con Manuela García Herrero, y sus hijos fueron Felicitas, Nicanora, Aurora,  Angel, José y Lorenza
  • DANIEL GARCIA CASLA (1881/), casó con Manuela Estebaranz Perez, y sus hijos fueron  Eloisa, Águeda,  Evaristo y Tiburcio)
  • AGUSTIN GARCIA CASLA (1883/) casó con Mariana Casla, tuvieron a Tiburcio
  • JUANA GARCIA CASLA (1885/) casó con Manuel Martín de Tanarro , tuvieron a  Valentina y Felisa (esposa de Mateo)
  • ANGEL GARCIA CASLA (1889/1964), casó con Josefa Pérez Casla (1900/1987) de Torrecilla, y tuvieron a Rosa, Tiburcio, Marino, Margarita y Frutos
  • MARGARITA GARCÍA CASLA (1896/), casó con Pablo García Burgos,  de Torrecilla. Tuvieron a Valentina


Dentro de la 3º Generación, Seguimos con Pablo García (hijo de Tomas Garcia Orcajo el menor), que tuvo 5 hijos y 15 nietos

PABLO GARCÍA BURGOS (Vellosillo  1852/1918) murió en la epidemia de gripe de 1918. Casó con  Marta Burgos sus hijos ( 4ª generación)y nietos (5ª generación) fueron los siguientes:

  • SANTOS GARCIA BURGOS (1883/1988), casó con Fausta Estebaranz                 Manzanares, y tuvieron a Consuelo, Santos, Matías, Isidro y Felisa
  • FELISA GARCIA BURGOS 1893/1988), casó con Manuel Pérez Perez (1884/1950), sus hijos fueron:  Felipa, Antonio, Vicente, José, Pablo, Fuencisla, Josefa y  Manuel
  •  ANGELITA GARCIA BURGOS, casada con Pio del Barrio. Tuvieron a  Carmen.
  • MATIAS GARCIA BURGOS, casado con Trinidad
  • JOSÉ GARCIA BURGOS, muerto de gripe en 1.918.

Siguiendo con la 3º Generación, Terminamos con Felipe García (hijo de Tomas Garcia Orcajo el menor), que tuvo 6 hijos y 20 nietos

FELIPE GARCIA BURGOS (Vellosillo 1.854/), casó con Saturnina Burgos Casla, sus hijos ( 4ª generación)y nietos (5ª generación) fueron los siguientes:

·      MARTA GARCIA BURGOS, casada con Manuel Casla Estebaranz, de Torrecilla, tuvieron a: Genaro, Pablo, Fuencisla,  Pilar, Victorio, Saturnina, Martina, Amparo, Julián, Jesús y Regines.

· AMBROSIO GARCÍA BURGOS (1888/1976), casado con María González González (1901/1992). Tuvieron a: Rosario,  Lucía, Severiano, Genaro, Saturnina, Milagros  y Felipe

·     ROSA GARCIA BURGOS, casada con Pedro del Barrio, de Castroserna. Tuvieron a Félix

·      TOMAS GARCÍA BURGOS, sin descendencia.

·   GENARO GARCIA BURGOS (1882/1962). Sacerdote. Director de la Residencia Provincial de Segovia.

·  PABLO GARCIA BURGOS. Casado con Margarita Garcia Casla (una hija del  Tiburcio García Burgos nombrado antes), con una hija,  Valentina.


A partir de esta  5ª generación formada por los 54 nietos de Tiburcio, Pablo y Felipe, se originó la 6ª generación formada por unas 110 personas,  nacidos muchos de ellos ya en Madrid en los años 50 y 60 del siglo XX, tras la emigración de sus padres. 

De esta 6ª generación solo conservaron el apellido Garcia los que procedían de abuelo varón, como Ambrosio García Burgos (con 30 nietos), Santos García Burgos o Daniel García Casla, y lo perdieron por ejemplo en el caso de los que procedían de Marta García Burgos o Felisa García Burgos.


Lista de alumnos de la escuela de Vellosillo de 1946. en ella aparecen algunos de los Garcia de la 5º generación















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